De las tantísimas tardes
que paso de soledad y hastió ;
!oh amor, tardes como tantas!
mi alma bajo los cocoteros era:
un solitario río que no tenía
un pobre juncal en sus rivera.
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!Oh mundo ingrato, sin ni siquiera
un pájaro que me saque con su trino
de mis quimeras de azogue de cristal!
!oh mi alma en sus quiméricos desvariós
perdidos por las orillas de los solitarios ríos
que se pierden en un bostezo
sordo entre la pluma y el papel!.
*/*/*
Quiere el poeta entre soñolencias
y desperezo que acudan en su auxilio
las musas perezosas, que vengan
cargadas de metáforas y prosas
para de alguna forma
el papel en blanco llenarlo
con legibles o en su caso emborronarlo.
*/*/*
Y una tarde: ¿cómo tantas?, al aspirar
una rosa de su cercano rosal,
brotaron unos ojos de miel
que él en sus madrigales llamaba alondra cantarina..!

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