Se disponía el caracol a hacer su paseo matutino
por la apasionada selva;
para eso como de costumbre
salió con su humilde pero completa
y acogedora casa acuestas;
¡¡salió despacio.. pero salió!!.
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Los árboles le saludaban de una manera
un poco guasona.. pero muy correcta;
sus ramas cargadas de rocío
extendidas hacía la mojada tierra.
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Las arañas como afanosas tejedoras
le ofrecían sus exquisitas telas..
quizás con una segunda intención,
que era embaucarlo para envolverlo en ella...
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Pero él por naturaleza cazurrón y desconfiado
ya que no confiaba demasiado
en sus miopes ojos y sus torpes piernas;
con su mejor diplomacia y corrección se deshizo de ellos...
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Su caminar parsimonioso:
¿rayas el cristal limpio del aire?
En la pradera se oye una cantarina fuente
el recitar de un alegre poema.
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Y desentendiéndose de todo y de todos
se hecho a caminar alegremente;
encaminándose a un bello prado
de blancos lirios y bellas azucenas;
el caracol burgués de la verdad...!!
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