Yo vine de la mar:
De aquel mar vertical del que mis ancestros
siempre vivieron, de su almadraba,
de su atún rojo y noble, que baja a los ruedos
a morir peleando, como el toro bravo.
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De aquella mar, que por el norte cría mariscos y moluscos,
donde se abrió a la embarcación de las especies,
y al sur se fue a llenar las bodegas
de ese hermoso atún rojo.
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Allí los abnegados pescadores le ofrecían
en el hueco de sus manos,
la cristalina sal de Cái y el manzanilla de San lucas
y allí se refugió y no quiso cruzar el estrecho.
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!Ay los mares! así que se acomodan al agradable rincón
y miran el peñón con recelo...
donde los niños avanzan saltando
entre el parque y el charco.
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Con el corazón encogido por el dichoso contrabando..
por tanto transito de aventureros;
que mezclan los azúcares del peñón
con el kifi de Marruecos.
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Los nunca mansos mares
donde el atún rojo escala en la almadraba
las redes angulares de un enigma para otros dueños
y vigías de mares antagónicos.....!
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