La sin par Jarabacoa...

En las montañas de Jarabacoa
cuando la neblina pertinaz
oculta en la prisión de las sombras;
duermen las garcetas blancas
un sueño de saltamontes y vacas pardas...
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El verde insultante de la montaña
presumiendo sobre el azul
de las aguas que en el fondo de la cañada
un caudaloso río con cariño las desplaza.
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La sangre marrón que la tormenta
arranca si piedad a la ladera
y su memoria de opulencia son,
en las enramadas de los brillantes cafetales;
las heridas sangrantes que le quedan
a esta sufrida tierra.
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La bauxita y el larimar saben el sufrir 
de las profundidades y las sensaciones 
del campesino, mientras cosecha la tallota
y ordeña las ubres aún dormidas de la suiza.
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Tal vez la noche que el misterio esconde
sepan desvelar mañana
lo que el porvenir le guarda;
a esta gente humilde que viven sin recelo
en el vientre fértil de la montaña...!