Quien sabe si Colón y sus esbirros
traían una segunda intención;
o, si venían huyendo de otros perros
napolitanos que no entienden dialectos;
que un día ya bastante lejano en el tiempo
llegaron en tres veleros.
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O fue que encallaron en esta isla sin faros ni puertos..
aquí perdieron su sombrero y la vergüenza:
si es que navegaban con ella...!
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En esta isla de blancas arenas, dulces
y fértiles tierras..
pero las semillas que ellos buscaban eran doradas..
y estas no se cosechan con el rustico arado...
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Por lo tanto no estaban en su carta de navegación;
solo encontraron una raza noble, bailando
sus "areitos" y adorando a sus "semis"
llamados indios "tainos".
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Sólo cabía en su cerrada mente una palabra ¡ORO!
como pretexto bautizaron al indio
y lo convirtieron a una religión
en la que ni ellos creían: aunque lo intentaban,
o, hacían que "practicaban".
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Y sin preguntar nada o, casi nada:
en nombre de esta religión
y con la cruz en una mano y la espada
en la otra los ¡¡exterminaron!!.
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