Mi madre invitaba a mi prima Sofía
a que se pasara entre nosotros algunas temporadas;
y al mismo tiempo que le daba compañía
en sus quehaceres le ayudaba.
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Ella siempre llegaba con un ramillete
de ilusión y de alegría y llenaba la casa
de mujer.. aunque era muy pequeñita
llegaba imponiendo su dulzura y su alegría.
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Yo era un rapaz, pero tenía mis principios
de algo parecido a un hombre..muy diferente
a lo que soy hoy, que ya como la fruta
he madurado con la escuela de los años...!
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Hoy me causan escalofríos ignotos, de pensar en lo que podría
haber terminado aquella escena de señorito andaluz
con caballo y escopeta..
y una niña- mujer asustada en aquella selva-...
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Ella: para mis tiernos ojos, era un cesto policromo
de manzanas, uvas doradas y melocotones maduros;
invitándome desde su inocencia, a que saciará
mi hambre extrema.. sin pararme
a medir las consecuencias...!!
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Jamás le pedí perdón.. pero lo tengo
en mi sesera.. y prometo pedirlo en cuanto pueda...!!
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