Déjame beber de ese ánforas que vengo muerto de sed,
¡cuanto tiempo esperé para succionarlas y navegar como un velero sin rumbo entre esas montañas de blanca espuma y azules aguas.
***
Que lo sepa la alondra vespertina,
que lo sepan en el Japón;
mangos del más puro brillo al mirarte..
ahora magnéticas piedras preciosas.
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Testamento dejaron escrito los juglares,
viajes por aromáticas sábanas de Holanda;
se refugian por las sabana perdidas de tu ingle
manantiales soñados y humedales...!
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Quizás otros amantes inventen diferentes toboganes, locos abismos donde caer desfallecidos..
pero ante lo incierto;
sólo mi voz y mis deseos reprimidos al otro lado.
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Quisiera ser pavo real
para lucirme en tu sabana;
y dejar plasmado sobre tus humedales
mis instintos locos de poeta perverso..!
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