Oyes pasar el viento con su cola de pájaro
con su rosario de siglos trayéndote alegría,
mientras que tú disfrutas como una diosa
egipcia con el disco dorado entre tus brazos.
***
Con mística alegría murmuras canciones
de amazona al ocaso;
y tu príncipe azul se destaca
entre la gejosa nube de algodón y el pantano.
***
De la montaña que yace a vuestros pies
emana el lenguaje del bosque taciturno;
con aroma a auroras vespertinas,
y a perlas de rocío encantadas.
***
La suave brisa de la tarde
que te trae la bufanda llena
de pétalos de amapola
y el aroma inconfundible al rocío en el valle.
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Por tu cabello y tu figura de diosa oriental
quiere enredarse el misterio de la noche;
y confundirlos con los príncipes
elegidos de los jardines de Bagdad...!
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