Abrí mis ojos en el silencio espeso de la noche
y te vi allí, insomne, esperando mi aparición,
esperando mi llegada, como hacen todas las madres.
Esperar al hijo prodigo o, cabeza hueca
que como oveja descarriada
se fue un día de primavera
buscando otros continentes,
otros horizontes donde cantan
alondras y sirenas.
Pero tú seguías allí profunda, serena y blanca,
como una azucena en medio de la albahaca.
Quise apartar la turbiedad de mi sueños para tocarte;
pero no me lo permitiste y te apartaste...
Navegué por lunas sin fondo en el espacio infinito,
en la edad remota de los pájaros sin sueño
y ríos desconocidos como lágrimas de sal...
Con la amargura en mi sangre de no poder alcanzarte,
con la boca reseca por la enfervorecida pasión
de no poder besar tu frente....
La sin razón de los ensueños
y el subconsciente que se ponen de acuerdo
aveces para hacerte malas pasadas.
Cuando conseguí salir de mi delirio y abrí mis ojos
tú estabas allí.. pero en otra dimensión...!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario