Hoy vengo con aromas nuevos en mi cuerpo,
con olor a campo,
olor a pájaro,
que llaman a su compañera desde la copa del árbol;
olor a leche de cabra recién ordeñada,
olor en mi pecho enardecido de hombre enamorado...
Aroma a heno, a tierra mojada
por las lluvias tardías de primavera,
olor a un pueblo obrero que madruga
y qué trabaja, qué amasa el pan de la esperanza.
Aroma a pan recién horneado;
que con aceite de oliva desayunan en la cabaña.
Hoy te traigo ese olor a pueblo de montaña,
al amor de contrabando;
recién hecho en una rustica cabaña..
a la orilla de un tímido río.
Vengo con el corazón repleto de amor
de todo lo percibido;
como la paloma de Picasso.
Con una rama de olivo en el pico
para entregársela a una mulata con nombre de pájaro,
para una alondra que en el ocaso
encontró una flor y perdió su sombra...!
¡Qué preciosidad de poesía, amigo Rafaél! Me has transportado a mi niñez, cuando vivía en el campo y desayunábamos con la leche recien ordeñada de la cabra y la rebanada de pan con aceite. La foto de El Gastor tomada desde lo alto de monte no se queda a la zaga: ¡genial! Un abrazo y mis felicitaciones.poeta.
ResponderEliminar