Ella se encontraba como siempre callada
enredada en el humo que cruzaba la ventaba
de la humilde y soleada cabaña;
el cuarto en penumbras qué el jilguero tornasolaba.
Miré con disimulo sus bellas manos destrozadas..
de pastora que en otras circunstancias
podían haber sido las de una princesa o, un hada!!.
Ahora campesina de piel dorada y color de amapola..
era un poema su cara.
Trataba las ubres embarradas de las cabras
como si de una flor o, una diadema se tratará.
Yo en mi inconsciente sacaba decepciones oscuras he imprevistas,
con tu delantal blanco, bordado.
Me cogiste infraganti mientras tales
pensamientos por mi mente embravecida navegaban.
La música que oigo me parece música celestial;
es el trino de la oropéndola, la alondra y la calandria.
En mi eufórico corazón de poeta se forman a veces
sinfónicas y extraordinarias orquestas.
Y así mirándote recostada entre el humo
del romero y la retama en tu cuarto;
el jilguero y el canario tornasolan;
y yo pienso en tus delicadas manos .. bella pastora...!!
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