En la negra hiedra al abrigo de la agreste montaña
se encuentra la cabaña solitaria;
me acerco y por entre los matorrales
un sonido cálido de élitros.. alegoría de la negra muerte.
***
Pasa silbando el viento cálido de levante
va diciendo con su negra voz aquí ya no queda nadie;
pero yo si veo una niña de trenzas largas
y dos ojos negros como aceitunas sevillanas.
***
Con sus rodillas mojadas del rocío de la yerba
con sus tiernas manitas juntas.. quizás murmurando una oración;
dice algo inteligible de volar muy alto
mientras pasa las yemas de sus dedos por sus labios.
***
Donde los pájaros ensayan un vuelo sin retorno
donde ensaya el tiempo ya cumplido en este planeta;
la cúpula que encierra el ciclo del tiempo concedido;
el tiempo de la ofrenda y derrota.
***
Aquí me encuentro haciendo el reparto
de mis miseros bienes terrenales;
...Llévate también mis ojos si te apetece...
que yo me cubriré con ese aura que me pretende.
***
Yo tomaré el túnel o el imán del tiempo
y me marcharé por el sendero suave entre las nubes;
mis tiernas manos inertes
certifican el frío espantoso de este mármol...!!
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