Una persona nueva habitaba "La casita de Claudia",
andaba construyendo un nuevo nido,
con objetos viejos, que ya no se usaban,
poseía, un poder absoluto sobre las cosas que tocaba.
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Hablaba de piedras, de cajas y viejas maderas,
que su papá amablemente le adaptaba...
discurría hasta el amanecer,
en una lengua primitiva, que ella sola entendía.
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Descubrió paisajes delineados en la oscuridad
y hasta un libro de familia viejo,
con historias aún por contar
y tomó apuntes de todo, de una realidad innecesaria.
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Ocupó rincones que estaban vacíos,
con sus canastos de caña, sus cajas, sus cestos y sus flores
poniendo en cada objeto un gran puñado de amor nuevo,
y fue dándole forma de amor, a aquel su nuevo nido.
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Que a mí, personalmente me gustaría verlo lleno de pajarillos
llenando con su alegría joven
cada rinconcito que hace mucho tiempo ya
que permanecen vacíos....!
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Finalmente encontró
el principio elemental de lo desconocido...
aquello que escapaba al límite de la razón
y ella supo rellenar con mucho amor....!
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