Siempre ando sacando recuerdos de mi vieja mochila,
y estas tardes lluviosas del Caribe
cuando me pongo nostálgico
sin darme cuenta se me va la mano a la mochila
y saco viejos recuerdos de la niñez.
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Hoy, sin ir más lejos, le ha tocado el turno a mi tía Trinidad,
usted era una vieja sabia o una sabia vieja...
sueños de palabras señora de la mesa,
mi tía, Trinidad, enciclopedia antigua, famosa en el barrio,
señora de la alquimia, usted hacía milagros de canela....
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Usted contaba cuentos, leía historias y escribía cartas,
y de todo eso vivía y se alimentaba,
para que tuviésemos miedo y no nos alejáramos,
nos contaba la espeluznante historia del "cura sin cabeza".
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En aquellos tiempos se creía lo que contaban del "cura sin cabeza"
personaje que andaba en noches oscuras entre misterios
de fantasmas y almas en pena en los cementerios,
o caserones viejos de las casonas abandonadas.
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Cuyos aleros poblados de murciélagos y polvo
contribuían a hacerle la leyenda: del "padre sin cabeza"
rondaba por las casas de aquellos niños malos, que a escondidas
se escapaban de la casa y hacían cosas malas.
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"El cura sin cabeza", va rezando sus cantos y alabanzas de sombra..
los cipotes no duermen apretados de miedo, con todo eso:
hacías vigilia, con ganas de orinar: !y no salía!.
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