No era mana del cielo aquellas salinas
pero si había pan para todos los que en aquel
villorrio vivían, un poco más arriba está el tropezón,
que siempre se quejan de aquel agua salobre.
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-Pucha madre- todo el año esa era la que había,
de la cual no podían beber ni los humanos ni los animales;
casi siempre despacio y tranquila, como una muchacha flaca..
pero no se podía regar los huertos.
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Pero cuando llegaba el invierno ya todos aquellos veneros
se le hinchaban las narices y tapaban toda la vega;
incluso las salinas, sólo faltaban ballenas
para que fuera lo más parecido a la mar.
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De las tierras rojas de los Bermejales
bajaban aquellas aguas marrones como puro chocolate;
de las montañas del pinar, bajaban piedras bravas,
como paquidermos hacia la vega y las salinas.
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En ese tiempo los salineros, que eran gente precavida
se ponían a envasar la sal que tenían almacenada
y la repartían, así era la gente de la sal..
vecinos de Alcalá del Valle.
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Ellos luego limpiaban los canales, como le enseñaron,
ellos honraban las aguas de las lomas,
y los del villorrio los honramos con sal de salario..
dos cosechas de sal al año..pero todo esto ya
se acabó, taparon sus vegas y sus salinas,
las aguas embalsadas del pantano.
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