La venta de María esta en la antigua carretera
del Gastor a Ronda, -hoy bajo las azules aguas
del pantano, El Gastor-Zahara de la Sierra-
María, la ventera,
que llamaban la "alcalareña" era una viejecita
bastante gorda, que avivaba el fuego
donde borbolla la olla con el cocido.
Serafín, el hijo de la ventera,
un hombre regordete,
¿bajo las cejas nevadas, unos ojos de hombre tranquilo?
contemplaba la lumbre del hogar.
En el silencio, se oye la olla al fuego borbollar,
sentado ante una vieja y destartalada mesa de encina,
un solitario y enjuto caballero escribe algo;
cuando moja la pluma en el tintero
se le oyó un profundo suspiro.
El caballero es de mediana edad, y va vestido
de riguroso luto, no se sabe porqué será.
El levante caliente azota las acacias del camino,
se ve pasar una parvada de grajas formando remolino.
Cuando la diligencia llegue, que el caballero aguarda,
ya la noche habrá caído sobre el pinsapar
de Grazalema, todavía el impetuoso algarin, los grises
serrijones, con los pardos algarrobales, por donde
el Guadalete cruza darán al sol del ocaso su resplandor
y el enlutado, pronto se marchará....!
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