¡Por fin la encontré..cuando el arroz estaba casi pasado...

Desde niño, siempre me persiguió el trino de la alondra,

los juguetes aunque pocos y escuálidos;

pero hubiese dado igual, si fueran sido

muchos y ricos, no podrían rellenar 

el lugar y el misterio del delicioso

trino de la alondra en la madrugada.

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Sobretodo cuando en la primavera la hembra

empolla los huevos de su próxima camada;

El macho que un día se juraron amor eterno

hasta que la muerte los separara.

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Se eleva hacía el cielo entonando 

una dulce melodía, mientras vigila que nadie 

moleste el hogar de su dulce hembra..

y yo el niño que era y aún soy, seguí 

hasta encontrar en esta isla la alondra

que en mis madrugadas de insomnio trinaba.

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Cruce fronteras y mares, siempre buscando 

el trino de la alondra;

y un día aunque ya con el arroz casi pasado,

pero con el tiempo preciso para construir 

un cálido y acogedor nido..

Sin poyuelos pero seguro que vendrán de otros nidos...!!