Un día me pare en un cruce de caminos
con una piedra redonda en mis manos;
y decidí espontáneamente que tenía que vivir...
***
Pensé que mi cabeza era un árbol loco
que lo mecía alegremente el viento;
y lo habitaba una gran parvada
de pájaros azules, que cada cual
intentaba volar cuando se lo dictaba su sesera...!
***
Y saque, no sé si estas absurdas conclusiones;
-no se equivoca el pájaro
que ensayando el primer vuelo
lo yerra y cae al suelo-
sino que se equivoca aquel que
por temor a caer y no triunfar
renuncia sin intentarlo a volar,
permaneciendo en el nido esclavo para la eternidad...!
***
Mi cabeza aún hoy sigue llena de pájaros;
aunque ya no soy ningún niño;
sino casi un octogenario ya..
pero también buenamente pienso:
-que una cabeza sin sus pájaros
es como un jardín sin flores-
Y yo que soy un empedernido romántico,
no acepto un jardín sin flores solitario...!!
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