Sentado en esta rivera con olores a primavera
pienso que este río no es mi río;
que esta pastora no es mi pastora,
la que acaricie con mis manos
y no precisamente como dos hermanos...!
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Solo después de pasar los años
por aquí pastan los mismos rebaños;
pero no aquella chiquilla de trenzas largas de antaño,
yo vine a esta rivera a curar mi desengaño.
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Yo por aquellos felices años
sólo tenía recién estrenados mis tiernos quince años;
y no sabía de sentimientos huraños,
que se hacen viejos y duros como los castaños.
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Nunca concebí que el subir tantos peldaños
pudiera ser duro y causarme tantos daños;
quizás hubiese sido preferible refugiarme con los ermitaños,
que se cubren con capas de marrones paños.
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Pero preferí buscar mi pastora por los aledaños
que ya tendría sus cabellos blancos y no castaños;
sólo encontré cuervos, cornejas y musaraños,
y solo he recibido quejas, desaires y regaños....!!
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