jueves, 3 de septiembre de 2015

¡¡Dejaste tu inocencia en mis manos...!


Pequeña muchachita que eras como una esfera,
  con tu carita redonda como una naranja monda;
    con tu clásico color mulato, quizás verde aceituna,
    mujercita hemiférica, quizás más que triste 
      preocupada por el devenir de la vida.

Que tus lágrimas púberes desramaste a raudales,
   en el mes de las flores, sobre mi pecho;
     cuando las hermandades sacan la blanca paloma
       a pasear por el verdor de los campos.

Para mis ojos fingías trémula amapola
  con tus ojitos como dos luciérnagas,
    y con tu actitud inocente dejabas sobre mis manos
      de idilio de proletario.

Y en mi camisa de obrero
  depositabas sin querer tu ternura y tu inocencia;
    y tu responsabilidad de hija de parias
      queriendo ser una mujer culta, con una gran carrera.

¡¡Menudo dilema!!
  y yo que en el fondo de mi corazón
    anhelaba que te convirtieras en una gran dama
      en un día de báquicos desenfrenos;
        Me comunican que tu persona me reclama..
         y yo te observo tan pequeña..pero a la vez tan grande
          que no lo pienso un instante y te traigo a mi bohío
            hasta que la muerte nos separe...!  



No hay comentarios:

Publicar un comentario