Para poder soportar estas largas tardes
de interminable silencios;
aveces absurdos y lánguidos,
e tenido que aprender
cómo hablar solo o, como mucho
con un gorrión despistado
que quizás para orientarse
se posa distraído en el alero de mi tejado.
***
A sufrir tu ausencia,
la de este castillo que se encuentra vacío
sin la presencia de su Reina;
a llorar este llanto sin lágrimas
y a consolarme yo solo.
***
En las ardientes y largas noches
de insomnio mientras velo tus sueños
sin ni siquiera rozarte por miedo a que te despiertes...
***
Los vagabundos ensueños que quieren venir
a enredarme, busco con anhelo
la dócil compañía de mi acogedora almohada
y la hago cómplice de mis desvelos.
***
¡¡Soledad maldita!!
me pregunto: ¿porqué estando tan bien acompañado,
estoy condenado a sentir esta horrible soledad??.
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