En la agreste montaña que rodea el lago "Enriquillo"
encontramos pinturas rupestres en las dormidas piedras,
estrambóticas serpientes, cemi o, deidades tainas.
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En el silencio del tiempo vuelan aguiluchos asustados,
en las hojas semi secas cantan cigarras adormecidas,
como en una tranquila tarde de verano;
con el otoño pierden sus apreciadas hojas las higueras,
se seca la tierra con sus tamarindos.
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Pero pronto volverán las ansiadas lluvias
y de nuevo brotarán los capullos florecidos,
en las noches de primavera volverán las luciérnagas.
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Y así en las noches eternas
en torno a estas milenarias piedras
que conservan impertérritas
estos cemi y estos escritos,
que nos recuerdan una raza prácticamente extinguida,
con sus imágenes y sus ídolos,
tal vez en otra época hablarán de Dios...
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Hoy sólo sobrevuela un águila
estos agrestes parajes, con sus cemi y con su lago..
seguro será el espíritus errante
de alguno de sus antepasados...!!
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