Que sorda y silenciosa pasa esta tarde de primavera,
inmóvil,
asida como una gata a los cocoteros
que hay en la playa.
***
Delgada pero pesada esta tarde soleada de primavera,
va dejando resbalar las horas
en este tétrico reloj petrificado
que dejaron como reliquia
de su paso por esta recóndita isla
nuestros próximos antepasados más directos.
***
Como las manos que labraron esta humilde piedra
para que el sol desinteresadamente
fuera la maquina que le diera vida;
¡pero con esas horas tan largas y tan lentas!!.
***
¡Que triste da las horas!
una tras otra
contra esta lánguida paz eterna..
hasta ir empujando el sol
hacía el ocaso por el horizonte viejo.
***
Sentado en mi patio bajo la guanábana ,
veo pasar la gente
con esa sombra sorda que siempre los acompaña
y todo poco a poco se va borrando
en ese infinito sin retorno..
¿No sé si es una aventura o un ensueño??.
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