Hasta el rinconcito en sombras donde espero los primeros
rallos del sol de la mañana
funjo intermitente del árabe sin hurí ;
me llega entre suspiros los quejidos anhelantes de una hermana.
Los primeros gorgojeos de una alondra me despiertan;
quizás con alguna canción de cuna no muy bien ensayada
y el sol que se asoma titubeante entre la niebla.
Gracias creador del sol y las tinieblas,
de los valles y montañas, de los ríos y los mares.
De tu reino me has mandado esta embajadora
para que con su trino alegre me adule y me despierte;
en sus alas trae prendidas alegres primaveras:
Gracias porque con el dulzor de su canto
me recuerda el alegre despertar de las gentes de mi tierra;
panaderos, pastores y los que labran la tierra.
Y porque el sol que me trae en sus alas
no ha de ser otro que el de mi querida España..
la tierra donde nací,
la huerta donde me crié y el agua que allí bebí.
Gracias por ser precisamente
el canto de una alondra el primer signo del día
y la dulce melodía que me despierta...!!
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